Abstract
Mi nombre es Rosa Chamorro y el descubrimiento no empezó al nacer, llegó después, con la historia de mis antepasados, la de mis bisabuelos esclavos, Josefina y Rubén, y como testigo de su esclavitud la mácula en el apellido.Mi abuelo, por razones que desconozco, con su sabiduría de montes y de hierbas, terminó en San Onofre, proveniente del Pacífico chocoano, cuando ya la población de esa parte del Caribe era heredera del cimarronaje. Conocido como curandero, estableció una pequeña botica en ese pueblo. Vestía de blanco, cuentan, y la única vez que lo vieron de rojo fue en apoyo al caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. También hay quienes lo vieron tocar el tambor en las noches en que el mar parece devorar el silencio de la playa.Downloads
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