Artículos de investigación científica y tecnológica

Desigualdad percibida, justificación del sistema y preferencias redistributivas en estudiantes universitarios de la ciudad de Santa Marta, Colombia

Perceived inequality, justification of the system and redistributive preferences in university students

María del Carmen Bayona Velásquez
Universidad del Norte, Colombia

Desigualdad percibida, justificación del sistema y preferencias redistributivas en estudiantes universitarios de la ciudad de Santa Marta, Colombia

Revista Jangwa Pana, vol. 20, núm. 1, pp. 101-130, 2021

Universidad del Magdalena

Recepción: 15 Marzo 2019

Aprobación: 12 Marzo 2021

Resumen: La desigualdad afecta de manera diferenciada a la población según su estatus socioeconómico y su percepción, por ello requiere el estudio desde el punto de vista económico y social. La desigualdad de forma común es estudiada desde indicadores cuantitativos como el coeficiente de GINI en 2017, Colombia registró uno de los niveles más altos de desigualdad de América Latina (0.517), en efecto, en Santa Marta se ha aumentado, al pasar de un Gini de 0,450 en 2016 a 0,467 en 2017. El presente trabajo de investigación tuvo como objetivo caracterizar la desigualdad económica a partir de la justificación del sistema, la desigualdad percibida y las preferencias redistributivas de los estudiantes de la Universidad del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia en Santa Marta según su estrato socioeconómico. Para lo cual se desarrolló un análisis de tipo cuantitativo con un diseño descriptivo. El tamaño de la muestra se definió por el método de muestreo aleatorio simple, dando como resultado una muestra de 133 universitarios, a los cuales se les aplicó una encuesta con preguntas abiertas y cerradas a través de la metodología Quantris (online). La desigualdad constituye una problemática social, en Colombia, la mayor parte de la literatura evidencia que su estudio se ha parcializado con un enfoque económico, omitiendo variables sociales, como las motivaciones, creencias y percepción de los individuos. En general se encontró que los universitarios encuestados, independientemente de su estrato social justifican el sistema económico y prefieren un Estado paternalista, porque apoyan el sistema de méritos, las medidas redistributivas, sobre todo el acceso a la salud, consideran que los individuos deben acceder con igual calidad del servicio, sin importar sus ingresos. Sin embargo, en cuanto al servicio de salud si hubo un comportamiento diferenciado observando que los estratos 5 y sobre todo el 6, tienden a considerar la educación como un servicio mercantilizable, apoyando menos las medidas redistributivas para este sector.

Palabras clave: Desigualdad económica, justificación del sistema, brecha percibida, brecha real, medidas redistributivas, estudiantes universitarios, Santa Marta.

Abstract: Inequality affects the population differently according to their socioeconomic status and their perception, therefore it requires study from an economic and social point of view. Inequality is commonly studied from quantitative indicators such as the GINI coefficient, in 2017 Colombia registered one of the highest levels of inequality in Latin America (0.517), in fact, in Santa Marta it has increased, going from a Gini from 0.450 in 2016 to 0.467 in 2017. The present research work aimed to characterize economic inequality based on the justification of the system, the perceived inequality and the redistributive preferences of the students of the Universidad del Magdalena and the Universidad Cooperativa de Colombia in Santa Marta according to socioeconomic status. For which a quantitative analysis was developed with a descriptive design. The sample size was defined by the simple random sampling method, resulting in a sample of 133 university students, to whom a survey with open and closed questions was applied through the Quantris methodology (online). Inequality constitutes a social problem, in Colombia, most of the literature shows that its study has been biased with an economic approach, omitting social variables, such as motivations, beliefs and perception of individuals. In general, it was found that the university students surveyed, regardless of their social stratum, justify the economic system and prefer a paternalistic state, support the merit system, redistributive measures, especially access to health, consider that individuals should access with equal quality of service, regardless of your income. However, with regard to the health service, there was a differentiated behavior, observing that strata 5 and especially 6, consider education as a commercializable service, supporting less redistributive measures for this sector.

Keywords: Economic inequality, justification of the system, perceived gap, real gap, redistributive measures, university students, Santa Marta.

Introducción

La desigualdad económica pone en riesgo la estabilidad de los gobiernos y quebranta la democracia (Stiglitz, 2012). Lo que reduce el bienestar social (Wilkinson y Pickett, 2017) evidenciado en la desigualdad de oportunidades para acceder a servicios básicos como la salud y la educación y servicios públicos esenciales. Comúnmente, la desigualdad es estudiada desde indicadores cuantitativos como el coeficiente de GINI.

La desigualdad de ingresos ha aumentado aceleradamente en los países desarrollados en el último medio siglo (Piketty, 2014). En los países en desarrollo, la desigualdad ha aumentado un 11%, y a nivel mundial en 1980, el 1% superior tenía el 16% de los ingresos globales y en 2016 concentró el 22% del ingreso global, mientras que, en 1980 el 50% inferior poseía el 8% de estos ingresos y en 2016 el 10% del ingreso fue recibido por el 50% inferior (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD, 2016).

En 2017 Colombia registró uno de los niveles más altos de desigualdad de América Latina, medido por el GINI (0.517), en efecto, en Santa Marta se ha aumentado, al pasar de un GINI de 0,450 en 2016 a 0,467 en 2017. Entre 2016 y 2017, el coeficiente de GINI - CG, que mide la desigualdad del ingreso, se redujo a nivel nacional y en el Magdalena, pasando de 0,517 a 0,50 y de 0,486 a 0,485, respectivamente. Sin embargo, para este periodo, en Santa Marta la desigualdad se agudizó, al pasar de 0,450 a 0,467 (DANE, 2018). La desigualdad se percibe por cada individuo de manera diferente, según su condición social y se asocia con menor apoyo a las políticas de redistribución de la riqueza. La evidencia empírica (Wegener, 1987), entre menor sea el estatus se percibe mayor desigualdad (Rodríguez, 2014), consecuentemente esto podría generar rechazo al sistema (Rousseau, 1755:1923).

Este artículo tiene como objetivo analizar la desigualdad económica a partir de la justificación del sistema, la desigualdad percibida y las preferencias de las medidas redistributivas de los universitarios de Santa Marta, según su estrato social.

La presente investigación, además de complementar la corriente de estudios cuantitativos en Colombia sobre la desigualdad económica, contribuirá a la realización de estudios comparativos de la desigualdad, con otros departamentos colombianos y con otras regiones de América Latina. Asimismo, la investigación se convierte en un insumo para dar a conocer a la comunidad universitaria los efectos sociales y económicos de la desigualdad en la región Caribe.

Estudios de la desigualdad en las ciencias sociales

En el siglo XXI, se ha consolidado la corriente de estudios en desigualdad, los cuales no solamente abordan este problema desde la distribución de la renta entre los individuos, como un indicador, por ejemplo, el coeficiente de GINI, también incluyen variables geográficas, económicas y sociales, con lo cual el estudio de la desigualdad se ha complejizado desde el campo de la economía, la psicología y la sociología.

La desigualdad mina la eficiencia económica, el bienestar de las sociedades y con ello el orden social, debido a su complejidad exige el estudio de sus causas y consecuencias, económicas y sociales. De esta forma, la desigualdad es una problemática que atañe a los gobiernos nacionales y locales, así como a instituciones del ámbito internacional, como el Banco Mundial y la CEPAL, los cuales a través de diferentes programas o políticas buscan contribuir a la reducción de dicho flagelo.

Según el Banco Mundial (2018), el grado de desigualdad es una dimensión del bienestar que afecta la capacidad de un país para reducir la pobreza. Las mediciones más comunes se realizan con la distribución del ingreso al interior de la población de un país, de la cual se desprende el concepto de desigualdad monetaria.

En efecto, la reducción de las desigualdades es uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible propuestos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La desigualdad del ingreso es creciente, el 10% más rico de la población concentra hasta el 40% del ingreso mundial total, mientras que el 10% más pobre recibe entre el 2% y el 7% del ingreso total. (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD, 2016).

El índice de desigualdad económica más común es el Coeficiente de GINI, que toma valores entre 0 a 1, donde cero significa que todos los individuos tienen el mismo nivel de ingresos y 1 indica que un solo individuo tiene todo el ingreso, luego cuanto más se acerque a 1, existe mayor desigualdad. Dada la complejidad en el cálculo y valoración real de todos los bienes y servicios que poseen los individuos, este indicador utiliza una variable proxy de directa observación: el ingreso de los individuos. Se asume que, a mayor ingreso, aumenta la cantidad de bienes y servicios que el individuo puede adquirir.

De acuerdo con el coeficiente de GINI, Colombia registró en 2017 uno de los niveles más altos de desigualdad de América Latina, existiendo alta concentración del ingreso (0.517), con el agravante que, a nivel local, en Santa Marta, creció dicha problemática pasando de 0,450 en 2016 a 0,467.

Medina y Galván (2008), analizan el Coeficiente de GINI ampliado, encuentran que la medición de inequidad debe incluir criterios de ponderación, para estimar el impacto del presupuesto público en el bienestar de las familias por estratos sociales. Así, las transferencias de programas públicos se consideran bien focalizadas cuando incrementan el ingreso de los hogares, sin embargo, el monto de estas transferencias es bajo, por esto su capacidad para mejorar la distribución del ingreso es muy marginal (Medina H. & Galván, 2008).

Otras definiciones de desigualdad económica de acuerdo con Sen (2000), son la diferencia en el acceso a bienes y servicios que tienen los individuos, los menos dotados tienen mayores privaciones para satisfacer sus necesidades básicas, lo que afecta sus libertades y las personas con mayores capacidades, tienen mayor libertad real para hacer uso de sus derechos.

Como se ha mencionado, la desigualdad económica es un fenómeno complejo, que debe estudiarse desde el punto de vista social, económico, político, cultural y geográfico, porque afecta de manera diferenciada a la población de acuerdo con su estatus social y contexto. Por lo tanto, el estudio de la desigualdad económica requiere incluir variables tanto objetivas como subjetivas.

En esta dirección, desde la corriente de estudios económicos, Sánchez-Torres (2017) argumenta que la desigualdad a nivel departamental en Colombia es resultado de grandes heterogeneidades espaciales que contribuyen en forma diferenciada a la alta desigualdad, así las diferencias en la forma como cada fuente de ingreso influencia los niveles de desigualdad por departamentos denota la importancia de la distribución del ingreso como un determinante del bienestar y el desarrollo, influenciado por las características geográficas, económicas y sociales.

Por su parte, las disciplinas de la psicología y la sociología encuentran que el campo de la economía ha omitido variables subjetivas en el estudio de la desigualdad. En este sentido, autores como Castillo (2012), García Sánchez et al., (2018) y Rodríguez, (2014), estudian la percepción de la desigualdad económica en aspectos sociales, culturales, étnicos, así como la percepción de los individuos, con respecto a sus valores, creencias e ideologías. Por su parte, Irwin (2016), afirma que el estudio de la desigualdad no puede limitarse a las medidas netas de distribución del ingreso, porque existen variables subjetivas, como la experiencia y el contexto de los individuos que influye en la percepción de la desigualdad (García Sánchez, et al., 2018; Minkoff & Lyons, 2019).

En síntesis, la percepción de la desigualdad económica es una de las líneas de la investigación en justicia social, que tiene un enfoque subjetivo. En el que se contrasta la percepción de la desigualdad económica, con justificación del sistema y con el apoyo a las medidas redistributivas de acuerdo con el estrato estatus social y/o nivel de ingresos de los individuos. Por lo tanto, en las siguientes secciones se revisan los principales estudios y teorías especializados en percepción de la desigualdad, la justificación del sistema y las medidas redistributivas.

Desigualdad percibida

Desde el campo social Turner (1986) define cuatro clases de igualdad social: la primera la ontológica, según la cual todas las personas son iguales ante una entidad superior a ellos; la segunda es cuando el hombre es un ser libre que forja su destino a través de su trabajo y los individuos acceden a las instituciones promotoras de movilidad social de manera que desarrollen sus capacidades y talentos; la tercera es la igualdad de condiciones, en la que se trata de nivelar las condiciones de vida de los diferentes grupos sociales, la cuarta es la igualdad de resultados, como el máximo grado de igualdad que se alcanza con la intervención del Estado a través de políticas públicas que reducen la desigualdad de oportunidades sociales.

La literatura en general sobre la percepción de la desigualdad del ingreso se focaliza en tres aspectos: la representación de la distribución de la renta o riqueza, las creencias para explicar o justificar la inequidad y los juicios de valor de las personas sobre las inequidades (Janmaat, 2014; García -Sáchez, et al, 2018).

La percepción de la desigualdad económica puede operacionalizarse de diferentes formas, la primera está relacionada con la definición objetiva de la desigualdad económica en función de la distribución de la renta, otras medidas de la desigualdad económica se centran en evaluaciones más generales sobre la distribución de los recursos económicos y otras se relacionan con las experiencias del individuo tanto individual como social teniendo en cuenta las diferencias económicas entre las personas (García Sánchez et al, 2018).

De acuerdo con Castillo (2012), la falta de precisión en la percepción de la desigualdad de las personas se explica por la poca conciencia y desconocimiento respecto a la distribución del ingreso, esta se da a partir de sus experiencias en el contexto en relación a su información y habilidades en la comprensión de conceptos económicos y sus creencias, también pueden verse afectas teniendo en cuenta la forma como los sujetos creen que se realizas las redistribuciones y en la comparación con otros entornos sociales en relación a sus recursos (Runciman, 1996).

En síntesis, la corriente de estudio percepción de la desigualdad económica, encuentran que el estatus socioeconómico es un determinante de la desigualdad percibida, donde los individuos que consideran tener un salario justo tienden a percibir menos desigualdad (Castillo V. J., 2012). Asimismo, los estratos más bajos de la sociedad perciben el sistema socioeconómico como injusto y demandan mayores medidas redistributivas (Londoño Veléz, 2011).

Justificación del Sistema Económico

La justificación del sistema se estudia desde dos enfoques, primero el marxismo clásico, en el sus principales exponentes son Marx y Engels (2014) hacen referencia al poder de las clases favorecidas sobre los grupo dominados, en la cual este último grupo considera el sistema como justo y legítimo, independientemente que este le afecte y segundo el funcionalismo su principal exponente es Martín-Baró (1998), que estudia el sistema de la sociedad la cual se regula por valores y normas comunes (Knight, 2006; Jost & Hunyady, 2005).

La aceptación o justificación del sistema económico de un individuo, no refleja la desigualdad económica (Kiatpongsan & Norton, 2014), porque, cada individuo posee una motivación para justificar el sistema social al que pertenece para satisfacer tres necesidades: las epistémicas con el fin de reducir la incertidumbre del contexto, las existenciales para mantener un mayor control del entorno y las relacionales para tener una visión compartida de la realidad (Jost T & Banaji, 1994).

Desde la óptica de la psicología, un individuo podría justificar el sistema para reducir su ansiedad y aceptar el orden social y la desigualdad económica. La decisión que tome cada individuo depende de la aceptación del status quo, entendiendo que la justificación del sistema trae beneficios para el individuo, como el aumento de bienestar, sensación de percibir el mundo ordenado, por lo cual el sujeto prefiere preservar el sistema social antes que cambiarlo (Jost y Banaji, 1994).

De esta manera, la aceptación de normas, leyes y principios universales en cada individuo, dependen de su criterio intrínseco, que se construye inicialmente de forma colectiva y luego independiente. Aunque el contexto influye, no determina las ideologías, creencias, interpretaciones y percepciones de los sujetos sobre su entorno social.

Basados en la teoría de la percepción de la desigualdad, Castillo, Miranda y Carrasco (2012), teniendo en cuenta la alta concentración de ingresos en Chile, compararon distintos indicadores de desigualdad percibida y analizaron en qué medida el estatus social de los dividuos influye en la percepción de la desigualdad. Los autores concluyen que el estatus socioeconómico es un determinante de la desigualdad percibida.

En suma, en una sociedad siempre existe una percepción unificada de diferentes fenómenos. Sin embargo, a nivel particular difieren. De este modo, frente a la desigualdad económica, se suelen hacer generalizaciones en su medición y estudio objetivo. Sin embargo, teniendo en cuenta las teorías de la personalidad y los valores, se debe estudiar este hecho de forma subjetiva, porque cada individuo lo percibe de forma diferente, puesto que sus creencias, valores y experiencias de vida son diferentes.

Medidas redistributivas

Las medidas redistributivas son las formas de intervención o regulación del gobierno, para mitigar la desigualdad y se implementan por medio de políticas públicas de carácter social y fiscales que establece para mantener un equilibrio económico del país que garanticen mejores servicios sociales mediante la redistribución de la renta, través del control del nivel de gasto e ingresos.

El origen de las medidas redistributivas en la sociedad data de la identificación de los desequilibrios en el mercado en el intercambio de bienes y servicios entre los agentes económicos: a esto se le denominó los fallos del mercado (Bator, 1958). Los fallos del mercado están relacionados con la existencia de bienes públicos, los monopolios, las externalidades, la asimetría de información, demanda de trabajo superior a la oferta y desigualdad en la distribución de la renta, conllevan a que el Estado u organizaciones supranacionales intervengan en el mercado, con el fin de mitigar los fallos.

Dentro de los economistas que abogan por el intervencionismo se encuentra J.M. Keynes (1936:1971), quien propuso que el Estado regule los mercados para lograr el pleno empleo de los factores productivos. Aunque Keynes no planteo una teoría de la distribución del ingreso, postuló que, a través de la inversión pública y las bajas tasas de interés, la economía entraría en el círculo virtuoso del crecimiento, lo cual incluía la disminución del desempleo.

De acuerdo con Piketty “la distribución moderna no consiste en transferir la riqueza de los ricos a los pobres… reside en financiar los servicios públicos e ingresos de reposición más o menos iguales para todos, sobre todo en el ámbito de educación, salud y las jubilaciones” (2014, pág. 528). De esta forma los instrumentos fiscales para la redistribución del ingreso buscan garantizar la satisfacción de necesidades básicas a la población, para generar mayor bienestar y reducir las brechas sociales. En este sentido, los instrumentos fiscales redistributivo buscan una mayor equidad intergeneracional, social y regional (Hernandéz Gamarra & Herrera, 2015).

Así las medidas redistributivas se hacen necesarias debido a los fallos del mercado y varían de acuerdo con el nivel de desarrollo del país. Existen tres formas de redistribución: primero los impuestos, sobre todo los progresivos, que consisten, en que aquellos que tengan mayores ingreso deben pagar mayores impuestos, por ejemplo el impuesto a la renta personal, este recaudo sirve para financiar a la población con mayores necesidades insatisfechas, segundo el gastos público través de transferencias por subvenciones y desembolsos sin contraprestaciones, focalizados en necesidades específicas, como son los subsidios por desempleo, para vivienda de interés social y para servicios de salud; tercero, la intervención directa en el mecanismo de mercado, por medio de la regulación de los incrementos salariales y de los rendimientos del capital, también, por la fijación de topes mínimos o subsidios a los bienes agrícolas e industriales, igualmente, podrían fijar precios máximos para que no exista dominio monopólico (León, Escobar, & Gutiérrez, 2007).

Los antecedentes de la corriente de estudios que relacionan la percepción de la desigualdad económica con las medidas redistributivas se remontan a la segunda mitad del siglo XX, con estudios que relacionan las variables de desigualdad económica con las medidas redistributivas del ingreso. Estos estudios evidencian resultados diversos: Meltzer y Richard (1981), (Gimpelson y Treisman, 2017) argumentan que una mayor desigualdad económica está asociada a un mayor apoyo a las medidas redistributivas. Meltzer y Richard (1981) encuentran que la población de ingresos bajos es más demandante de medidas redistributivas que las personas con ingresos altos. Por su parte, Georgiadis y Manning (2012), Kenworthy y McCall (2008) y Luebker (2014), no han encontrado una relación relevante entre desigualdad y distribución (García-Sanchéz et al., 2018).

García-Sánchez et al. (2018), encontraron que la percepción de una mayor desigualdad económica no necesariamente conduce a un mayor apoyo a la redistribución, porque estas últimas están condicionadas por ideologías que justifican el sistema de dos maneras: primero, la percepción de desigualdad económica se asoció positivamente con una mayor aceptación de la desigualdad, siendo esta relación más fuerte para aquellos que justificaban más el sistema económico. Segundo, la percepción de una mayor desigualdad se asocia con un mayor apoyo a la redistribución, pero sólo para aquellos que apoyaban niveles más bajos de justificación del sistema económico.

García-Sánchez et al. (2018), estudian la forma cómo las personas entienden las diferentes percepciones de desigualdad económica; como un problema de distribución de recursos económicos y cómo responden ante tal situación de acuerdo con sus experiencias cotidianas y status. De esta manera la percepción de la desigualdad económica y el apoyo a la redistribución del individuo depende del grado de poder económico, social y político que una persona o grupo tiene sobre otro.

Autores como Londoño (2011) argumentan que los estratos más bajos de la sociedad o quienes perciben el sistema socioeconómico como injusto, demandan mayores medidas redistributivas. Asimismo, concluye que las decisiones y actitudes de los individuos hacia la redistribución dependen de los preconceptos que tengan sobre justicia social. Por su parte Castillo (2012), argumenta que la falta de precisión en la percepción de la desigualdad se debe a la poca conciencia y desconocimiento respecto a la distribución del ingreso. Así, Irwin (2016), afirma que el estudio de la desigualdad no puede limitarse a las medidas netas de distribución del ingreso, porque existen variables subjetivas, como la experiencia y el contexto de los individuos que influye en la percepción de la desigualdad (García Sánchez, et al., 2018).

Por su parte autores como Benabou y Ok (2001), señalan que los individuos que esperan tener una mejor posición en el futuro, su apoyo a la distribución tiende a disminuir, pero las políticas escogidas pueden perpetuarse en el tiempo (Porras Encalada, Melo Yanchapaxi y Sarango Iturralde, 2016). Según Dimick, Rueda, y Stegmuelle (2018), las medidas redistributivas se establecen de acuerdo con modelos económicos normativos que los dirigentes consideran mejores o ideales según sus creencias (García-Sánchez et al., 2018).

De esta manera, los gobiernos nacionales como agentes reguladores, de acuerdo con su concepción política, formula medidas redistributivas económicas a través de políticas sociales, las cuales buscan mitigar esta problemática. Algunos estudios muestran que las preferencias de las personas sobre estas ayudas económicas dependen de su interés particular y de la sociedad, de sus condiciones socioeconómicas y de los juicios que hacen, sobre cómo debe distribuirse la riqueza (García-Sanchéz et al., 2018). En otras palabras, la relación entre la justificación del sistema, la desigualdad económica y el apoyo a las medidas redistributivas no son lineales. Más bien son relaciones subjetivas que están condicionadas a la situación socioeconómica y a las ideologías políticas del individuo.

En Colombia mediante la ley 732 de (2002), cada municipio clasifica las viviendas por estrato social que van del 1 hasta el 6, para ello se evalúa el tipo de materiales de construcción y condiciones geográficas de la vivienda, esta ve reflejada en las facturaciones de los servicios públicos domiciliarios como: agua, energía eléctrica, gas natural, los estratos considerados bajos son 1, 2 y 3 y los altos del 5 al 6, los estratos bajos reciben subsidios por parte de los estratos más altos. En el caso del estrato 4 no recibe ni da subsidios. Esta reagrupación es una división de las clases sociales, que no refleja las realidades socioeconómicas de los hogares al no considerar el nivel de ingresos y el número de personas que viven en el inmueble.

De acuerdo con el estudio de “Estratificación socioeconómica con base en información catastral, modelos para el caso de Bogotá, D.C” (2014), el sistema de clasificación presenta errores de inclusión y exclusión, debido a que se puede beneficiar a personas con ingresos altos, porque su vivienda se encuentra ubicada en un estrato bajo, como es el caso específico de la alcaldesa Claudia López y la senadora Angelica Lozano, quienes manifestaron su inconformidad por recibir subsidios, a pesar de su situación económica y laboral favorables (López, 2020) en contraste, pude darse el caso, que un ciudadano en su pasado tuvo una situación económica de abundancia y pudo adquirir un inmueble en estrato 6, pero en la actualidad no devengue los suficiente o su situación económica se ha desmejorado perdiendo la posibilidad de adquirí los subsidios del estado.

A pesar que la estratificación es para las viviendas, algunas personas teniendo en cuenta las similitudes y características de su estrato social, podrían autodenominarse como persona de estrato 1, por ejemplo; al expresar: “soy estrato 1,” estaría revelando una imagen de cómo se siente y como se ve en la sociedad, a raíz de una clasificación política administrativa realizada por el ente territorial, al percibirse como pobre en el mundo estaría condicionado su manera de pensar, actuar frente a la vida, despertando esa necesidad de dependencia por la medidas redistributivas que establece el gobierno. De acuerdo con estudios sobre el tema, el estrato social debería estar definido por el ingreso de las familias y no por la ubicación geográfica de la vivienda.

En efecto, la literatura sobre eficiencia de la estratificación socioeconómica en Colombia para otorgar subsidios en servicios públicos domiciliarios, salud y educación a la población muestra deficiencia en la asignación de los recursos, al incurrir en errores en la inclusión y exclusión, debido a que no siempre el estrato socioeconómico es equivalente al nivel de ingresos de la familia. (Vélez, 1996; Meléndez, 2008).

La desigualdad económica en Santa Marta

Existe una creciente preocupación del fenómeno de la desigualdad social, basada en argumentos de justicia social y eficiencia económica (Amarante, Galván y Mancero, 2016). De esta forma, la problemática de la desigualdad ocupa un lugar importante en las agendas multilaterales como el Banco Mundial y la CEPAL, así como en los gobiernos nacionales y locales. Dentro de las mediciones más conocidas, se encuentra el CG, que calcula la desigualdad en la distribución del ingreso.

En los países de América Latina el nivel de desigualdad, medido por el CG se ha reducido. De acuerdo con el CG, Colombia registra uno de los niveles más altos de desigualdad de la América Latina, existiendo alta concentración del ingreso: en 2016 el total nacional se ubicó en 0.522 con un leve descenso en 2017 a 0.517 y de manera similar para las subregiones, sobresalen los centros poblados con el menor índice de desigualdad ubicándose en 0.454 y 0.458 para 2016 y 2017 respectivamente. De acuerdo con el CG, la desigualdad en Santa Marta entre 2010 y 2013 presentó una tendencia decreciente, sin embargo, entre 2016 y 2017 la desigualdad aumentó, pasando de 0,450 a 0,467 (Figura 1).

Asimismo, históricamente Santa Marta presenta rezago en la reducción de la pobreza, medida por el índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI): de acuerdo con el censo poblacional de 1985, el NBI en Cartagena era de 42%, en Barranquilla 37% y en Santa Marta 33%, después de 20 años, en 2005, este indicador se redujo en Cartagena y Barranquilla, con niveles de 26% y 18%, respectivamente, mientras que Santa Marta registró un NBI de 29% (Meisel y Ricciulli-Marin, 2018).

Coeficiente de GINI en Colombia y Santa Marta 2010-2017
Figura 1
Coeficiente de GINI en Colombia y Santa Marta 2010-2017
Fuente: Elaboración propia con datos del DANE, 2018.

De acuerdo con Meisel y Ricciulli-Marín (2018), el incremento de la pobreza en Santa Marta se explica principalmente por “… la enorme llegada de desplazados desde la década de 1990, debido a la violencia generada por la guerrilla y los paramilitares.... solo Bogotá y Medellín recibieron más desplazados que Santa Marta” (Meisel y Ricciulli-Marin, 2018, p. 61).

La desigualdad en la distribución de la riqueza se convierte en una problemática social, los grupos con menor poder económico presentan mayores limitaciones para satisfacer sus necesidades básicas y escapar de la pobreza (Deanton, 2015). La percepción de los individuos, respecto al fenómeno de la desigualdad económica, determina la forma en que estos aceptan o rechazan el sistema económico o el contrato social, lo que depende de las características intrínsecas del mismo.

Materiales y métodos

El presente artículo hace parte del proyecto “Legitimación de la desigualdad económica en universitarios: El rol de las ideologías y la motivación a justificar el sistema” con las instituciones Universidad de Granada, Universidad del Valle y Universidad del Norte, aplicado a los estudiantes universitarios de Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Cali y Palmira. De este proyecto macro, se derivó el presente artículo, Desigualdad percibida, justificación del sistema y preferencias redistributivas en estudiantes de las universidades del Magdalena y Cooperativa de Colombia en Santa Marta, donde se extrajo una muestra de 133 universitarios por el método aleatorio simple de estas dos universidades.

Como se explica adelante, el instrumento para la recolección de datos fue un cuestionario aplicado on-line soportado por la plataforma Qualtrics (García -Sáchez et al, 2018) . Las preguntas eran abiertas, o tipo Likert, con cinco opciones de respuesta, recogiendo datos sobre la percepción de la desigualdad teniendo en cuenta su estatus social, en el cual se describen para el estudio macro siete variables (justificación del sistema económico, igualitarismo, medidas redistributivas, desigualdad, desigualdad ideal, meritocracia y sociodemográficos), sin embargo, de acuerdo al interés de este estudio, para los universitarios de Santa Marta, solo se trabajó con las variables de justificación del sistema económico, desigualdad y medidas redistributivas.

1. Variables no controladas

A pesar de que se conoce la importancia de ciertas variables en el estudio la desigualdad económica, ciertas variables no se controlaron, es decir que no tuvieron un número equilibrado por sexo, estrato o edad. Esto se debe a que se trabajó con la muestra tal cual fue obtenida en los sujetos que aceptaron participar en Santa Marta.

2. Sujetos y muestreo

Este análisis se realizó en los universitarios en modalidad presencial de la Universidad del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia en la ciudad de Santa Marta. Como se mencionó anteriormente, el tamaño de la muestra se definió por el método de muestreo aleatorio simple.

El universo poblacional se compone de la suma de estudiantes de la Universidad del Magdalena (16.398) y de la Universidad Cooperativa de Colombia (2670), que en total suman 19.068. Teniendo en cuenta el tamaño de cada población estudiantil de estas universidades, la muestra se extrajo de manera proporcional a estas, de la siguiente manera (tabla 1):

Tabla 1
Universo poblacional 2016, segundo semestre
UniversidadNúmero de estudiantes en 2016Participación (%)
Universidad del Magdalena16.39886,0%
Universidad Cooperativa de Colombia2.67014,0%
Total de estudiantes19.068100%
Fuente: Elaboración propia con datos de las oficinas de Admisiones, Registro y Control de la Universidad del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia.

La fórmula utilizada para determinar el tamaño de la muestra fue la siguiente:


Donde:

N = 18.598 total de la población de estudiantes presenciales de la Universidad del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia

z a 2 = 1.96 (si la seguridad es del 95%)

p = proporción esperada (en este caso 50% = 0.5)

q = 1 – p (en este caso 1-0.5 = 0.5)

d = precisión (en este caso deseamos un 5%).

A partir de este procedimiento se obtuvo una muestra de 133 universitarios. Una vez se definió el tamaño de la muestra, se invitó a los universitarios con el apoyo de los profesores a participar del estudio por medio de una comunicación abierta y oficial por parte de las instituciones responsables. De este proceso quedó una muestra de 133 estudiantes que aceptaron su participación de manera voluntaria de la Universidad del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia de la ciudad de Santa Marta, así en total se analizaron las respuestas de 133 universitarios en edades entre 16 y 32 años con el siguiente proceso:

3. Instrumento de recolección

A la muestra de estudio se le aplicó una encuesta en el segundo semestre del año 2016 con preguntas abiertas y cerradas que se tituló “Escala sobre estudios en temas sociales y económicos”, construida a partir del estudio macro con las universidades de Granada, del Valle y del Norte. Y se validó para la muestra del estudio macro mediante un análisis factorial exploratorio. En el anexo 1 se presenta las preguntas.

La encuesta, además de recoger datos de la percepción de la desigualdad económica de los universitarios de Santa Marta, también permitió recoger información del estrato social y nivel de ingresos de cada encuestado, esto con el fin de analizar cómo reaccionan las personas ante su posición frente al tema de la desigualdad económica, teniendo en cuenta su estatus social. En el instrumento macro se describen las siete variables (justificación del sistema económico, igualitarismo, medidas redistributivas, desigualdad, desigualdad ideal, meritocracia y sociodemográficos), pero de acuerdo con el interés del estudio local, solo se trabajó con las variables de justificación del sistema económico, desigualdad y medidas redistributivas.

Componentes y preguntas de la encuesta

El componente de Justificación del sistema económico se aborda ítems (7) en forma de afirmaciones, las cuales están orientadas a identificar cómo piensan las personas en relación con el esfuerzo y escala social. Los ítems son:

  1. -Si la gente trabaja duro, consigue casi siempre lo que quiere.

    -La mayoría de la gente que no progresa en nuestra sociedad no debería culpar al sistema: ellos son los únicos culpables.

    -La brecha entre clases sociales refleja las diferencias en el orden natural de las cosas.

    -La posición económica de las personas es un producto de sus logros.

    -Si alguien se esfuerza lo suficiente, puede ascender en la escala social.

    -Hay mucha gente que es pobre porque no le gusta trabajar.

    -Es bueno tener un sistema económico que premie a los que se esfuerzan.

El componente de desigualdad incluye cuatro (4) preguntas, orientadas a identificar la opinión de los encuestados con relación a cómo piensan las personas respecto a la distribución de los bienes en la sociedad. Las preguntas son:

  1. -Piense en la empresa colombiana más grande e importante que conozca. Ahora escriba por favor cuánto cree que es el salario mensual promedio de la persona con el cargo de MAYOR responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

    -Ahora, pensando en la misma empresa, por favor indique cuánto cree que es el salario mensual promedio de la persona con el cargo de MENOR responsabilidad y cualificación de esa empresa.

    -En esta ocasión imagine lo que sería una sociedad ideal para usted y piense en la empresa más grande e importante que pudiera existir dentro de ella. Ahora, escriba cuál cree que sería el salario mensual promedio ideal que debería recibir la persona con el cargo de MAYOR responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

    -Pensando en esa misma sociedad ideal y la empresa más grande e importante que pudiera desarrollarse dentro de ella. Escribe ahora cuál cree que sería el salario mensual promedio ideal que debería recibir la persona con el cargo de MENOR responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

En cuanto al componente de medidas redistributivas tiene cinco ítems (5) en forma de afirmación, las cuales se hicieron para analizar la forma en que los encuestados perciben la desigualdad y qué opinan sobre las acciones que el gobierno debe aplicar al respecto. Las preguntas son:

  1. -El Gobierno tiene la responsabilidad de reducir las diferencias de ingresos entre los que tienen ingresos altos y los que tienen ingresos bajos.

    -El Gobierno debería proporcionar un nivel de vida decente a los que están desempleados

    -El Gobierno debería gastar menos dinero en subsidios para los pobres

    -¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar un mejor servicio de salud que la gente con ingresos más bajos?

    -¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar una educación mejor para sus hijos que la gente con ingresos más bajos?

Este artículo tiene como objetivo analizar la desigualdad económica a partir de la justificación del sistema, la desigualdad percibida y las preferencias de las medidas redistributivas de los universitarios de Santa Marta, según su estrato social.

En esta investigación se desarrolló un análisis de tipo cuantitativo con un diseño de estadística descriptiva, cuya finalidad fue caracterizar a la población encuestada. Como principal herramienta se cuenta con tablas de frecuencias relativas y promedios simples sobre la muestra de interés.

Se escogieron tres variables cualitativas ordinales: Justificación del sistema, percepción de la desigualdad y medidas redistributivas. De esta manera, de acuerdo con cada objetivo específico, se analizó una variable. A continuación, se define y describe la operacionalización de las variables estudiadas.

Tabla 2
Definición conceptual y operacional de las variables de estudio
VariablesDefinición teóricaDefinición operacionalNivel de medición
Justificación del sistema(Jost y Hunyady, 2005).Se operacionalizó con la escala justificación del sistema económico de Jaume, Etchezahar y Cervone (2012) con la cual se recogió información de las ideologías de las personas para defender los sistemas sociales, quienes consideran al sistema económico como un orden natural, inevitable y legítimo, a pesar de que no los beneficie en su contexto social (Jost y Hunyady, 2005).ordinal
Percepción de la desigualdadMiranda, Carrasco, 2011, (Jasso, Törnblom y Sabbagh, 2016) García, Willis; Rodriguez, R; García, J; Palacio, J; Polo, J; Rentería, E. (2018).Se midió a través de dos indicadores: el logaritmo del cociente que se obtiene entre el salario percibido con alto rango y el salario percibido con un cargo de baja cualificación o cargos operativos. El segundo, el logaritmo del cociente que se obtiene entre el salario ideal con alto rango y el salario ideal con un cargo de baja cualificación o cargos operativos. En ambos logaritmos se tienen encuentra la invariabilidad y simetría de la escala de Jasson. (Jasso et al., 2016).nominal
Medidas redistributivas(Dimick, Rueda y Stegmuelle, 2018), (Gonthier, 2017), (Guillaud, 2013) (Schmidt-Catran, 2016), (Van Heuvelen, 2017).Se operacionalizó de acuerdo al grado de aceptación de una persona frente a la responsabilidad que tiene el gobierno de establecer medidas redistributivas, para equilibrar o minimizar las desigualdades económicas, de acuerdo con (Dimick et al., 2018), (Gonthier, 2017), (Guillaud, 2013) (Schmidt-Catran, 2016), (Van Heuvelen, 2017).ordinal
Fuente: Recuperado de García Sánchez, y otros, (2018) .

4. Procedimiento y análisis de datos

Para el procesamiento de datos se utilizó el programa SPSS, con el cual se tabuló y depuró la encuesta del estudio “Legitimación de la desigualdad económica en universitarios: el rol de las ideologías y la motivación a justificar el sistema” y se tomaron las preguntas contenidas en las variables: justificación del sistema económico, desigualdad percibida y medidas redistributivas. Para fines analíticos, en esta última variable, las opciones de respuestas de los encuestados se clasificaron de la siguiente forma:

  1. -No apoya la medida: Totalmente en desacuerdo / Totalmente injusto.

    -Neutro: Algo en desacuerdo / Neutro/Algo de acuerdo / Moderadamente injusto / Ni justo, ni injusto/ Moderadamente justo.

    -Apoya la medida: Totalmente de acuerdo / Totalmente Justo.

Para desarrollar el primer objetivo, describir la justificación del sistema económico de acuerdo con los universitarios de Santa Marta, se procesaron los datos obtenidos en el componente Justificación del sistema económico, que cuenta con siete ítems en forma de afirmaciones, las cuales están orientadas a identificar cómo piensan las personas en relación con el esfuerzo y escala social. Los ítems son:

  1. -Si la gente trabaja duro, consigue casi siempre lo que quiere.

    -La mayoría de la gente que no progresa en nuestra sociedad no debería culpar al sistema: ellos son los únicos culpables.

    -La brecha entre clases sociales refleja las diferencias en el orden natural de las cosas.

    -La posición económica de las personas es un producto de sus logros.

    -Si alguien se esfuerza lo suficiente, puede ascender en la escala social.

    -Hay mucha gente que es pobre porque no le gusta trabajar.

    -Es bueno tener un sistema económico que premie a los que se esfuerzan.

En el segundo objetivo, describir la desigualdad por los universitarios de Santa Marta, se utilizaron los datos del componente desigualdad, que cuenta con cuatro preguntas, orientadas a identificar la opinión de los encuestados con relación a cómo piensan las personas respecto a la distribución de los bienes en la sociedad. Las preguntas son:

  1. -Piense en la empresa colombiana más grande e importante que conozca. Ahora escriba por favor cuánto cree que es el salario mensual promedio de la persona con el cargo de mayor responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

    -Ahora, pensando en la misma empresa, por favor indique cuánto cree que es el salario mensual promedio de la persona con el cargo de menor responsabilidad y cualificación de esa empresa.

    -En esta ocasión imagine lo que sería una sociedad ideal para usted y piense en la empresa más grande e importante que pudiera existir dentro de ella. Ahora, escriba cuál cree que sería el salario mensual promedio ideal que debería recibir la persona con el cargo de mayor responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

    -Pensando en esa misma sociedad ideal y la empresa más grande e importante que pudiera desarrollarse dentro de ella. Escribe ahora cuál cree que sería el salario mensual promedio ideal que debería recibir la persona con el cargo de menor responsabilidad y cualificación dentro de esa empresa.

Finalmente, para cumplir el tercer objetivo, describir las medidas redistributivas de acuerdo con los universitarios de Santa Marta, se tomaron los datos del componente medidas redistributivas, que cuenta con cinco ítems en forma de afirmación, las cuales se hicieron para analizar la forma en que los encuestados perciben la desigualdad y qué opinan sobre las acciones que el gobierno debe aplicar al respecto. Las preguntas son:

  1. -El Gobierno tiene la responsabilidad de reducir las diferencias de ingresos entre los que tienen ingresos altos y los que tienen ingresos bajos.

    -El Gobierno debería proporcionar un nivel de vida decente a los que están desempleados

    -El Gobierno debería gastar menos dinero en subsidios para los pobres

    -¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar un mejor servicio de salud que la gente con ingresos más bajos?

    -¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar una educación mejor para sus hijos que la gente con ingresos más bajos?

Resultados

En esta sesión se presenta una caracterización de la población encuestada y los resultados más importantes del estudio.

Caracterización de la población encuestada en el estudio

El 30% de la población encuestada son hombres y el 70% mujeres. El 84% de los universitarios que participaron en el estudio tenían entre 17 y 22 años. El estrato socioeconómico es una variable que podría afectar la percepción de la desigualdad económica, la justificación del sistema y su apoyo a las medidas redistributivas por parte del estado (Meltzer & Richard, 1981; Londoño Veléz, Movilidad social, preferencias redistributivas y felicidad en Colombia, 2011; Rodríguez, 2014; Gimpelson & Treisman, 2017). Por tanto, la encuesta recogió datos del estrato social y nivel de ingresos de cada encuestado. El 80% de la población encuestada reside en los tres estratos más bajos: 17% en estrato uno, 23% en el dos y 40% en el tres, el 20% restante se encuentran entre los estratos medios y altos. (Figura 2).

Distribución de la muestra de acuerdo con el estrato socioeconómico, 2016
Figura 2
Distribución de la muestra de acuerdo con el estrato socioeconómico, 2016
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio.

El 11,4% de la muestra pertenece a núcleos familiares que viven con menos de un salario mínimo mensual, en palabras de Sen (2000), este grupo carece de suficientes recursos económicos para satisfacer sus necesidades básicas, lo que hace que tengan menores oportunidades y libertades para ascender en la escala social, este sentido, se esperaría que este grupo tenga el mayor número de personas encuestadas apoyando las medidas de redistribución de la riqueza. El 66% de la muestra se encuentra en hogares que tienen ingresos mensuales que oscilan entre $690.000 y $5,000.000, mientras que el 11% de los encuestados viven en hogares con ingresos entre $5,000.000 y $8,000.000. En contraste el 11,4% de los estudiantes encuestados viven en familias que tienen los mayores ingresos, que son iguales o superiores a $8.000.000 de pesos (Figura 3).

Figura 3. Distribución de la población por ingreso neto mensual familiar, 2016

Distribución de la población por ingreso neto mensual familiar, 2016
Figura 3
Distribución de la población por ingreso neto mensual familiar, 2016
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio.

Como se observa en la tabla 3, no siempre las familias de los encuestados de estratos socioeconómico más bajos tuvieron los menores ingresos. Este hecho podría explicarse por diversas razones, como la decisión en estos sectores para pagar menores tarifas de servicios públicos o impuesto predial. De otra parte, se encontró que no todos los encuestados de estratos más altos se ubicaron en el rango de mayores ingresos. Ello podría explicarse por la situación laboral de los integrantes de la familia o porque viven en una casa heredada.

Tabla 3
Distribución de la población por estrato socioeconómico e ingreso neto mensual (%), 2016
Ingreso mensualEstrato socioeconómico
123456
$690.000 y menos33,313,63,80,00,00,0
$690.001 y $1.500.00050,927,320,55,67,10,0
$1.500.001 y 3.500.00010,533,334,616,721,414,3
$3.500.001 y $5.000.0003,516,723,127,814,319,0
$5.000.001 y $8.000.0000,07,615,419,428,69,5
$8.000.001 y $10.000.0001,80,00,019,47,133,3
Más $10.000.0000,01,52,611,121,423,8
Total100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

De esta manera, se observó que el 1,8% de los estudiantes encuestados del estrato uno vive en hogares que tienen ingresos entre $8.000.0000 y $10.000.000 de pesos, en contraste, en el estrato 5 el 7,1% de este grupo de encuestados viven en hogares con ingresos entre $690.001 y $1.500.000 pesos, y en el estrato 6 el 14,3% reside en hogares con ingresos entre $1.500.001 y $3.500.000. Esta característica de la población encuestada podría hacer que los resultados del presente estudio difieran de los que obtuvieron Meltzer & Richard (1981), Londoño Veléz, (2011), Rodríguez (2014) y Gimpelson & Treisman (2017), quienes concluyeron que los estratos más bajos tienden a apoyar más las políticas de redistribución de la riqueza.

Justificación del sistema económico de los universitarios de Santa Marta

De acuerdo a los resultados de la encuesta, cerca del 63% está de acuerdo con el trabajo duro; el 44% está de acuerdo con culpar al sistema por no alcanzar lo que se quiere, el 47% está de acuerdo con las diferencias por la brecha social, el 52% está de acuerdo con que la posición económica es consecuencia de los logros, el 75% está de acuerdo con el esfuerzo para subir en la escala social, el 50% está de acuerdo en afirmar que la pobreza es un reflejo de no trabajar y el 75% está satisfecho con un sistema económico que premie el esfuerzo.

Cuando se analiza por estrato socioeconómico, en la pregunta de “trabajo duro”, en todos los estratos la mayoría de las personas encuestadas está de acuerdo con la afirmación. El estrato donde se está menos de acuerdo es el estrato 6. El estrato que esta más de acuerdo con esta afirmación es el 4 y el que menos está de acuerdo es el estrato 6 (Tabla 4).

Tabla 4
Resultados de Trabajo Duro según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómico
123456Total
En desacuerdo21.723.322.612.528.650.022.1
Neutro13.016.717.012.514.30.015.3
De acuerdo65.260.060.475.057.150.062.6
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

La pregunta de culpar al sistema por no alcanzar lo que se quiere tiene como característica que está distribuido entre las personas que están de acuerdo, neutro o en desacuerdo, a diferencia de la anterior pregunta que se concentraba en estar de acuerdo. Un resultado curioso es que las personas del estrato 1 son las que más están en desacuerdo con esta afirmación y las personas del estrato 4 y 6 son las que están más de acuerdo.

Es decir, las personas encuestadas con más recursos consideran correcto dar responsabilidad al individuo y no al sistema. En el estrato socioeconómico 5, se observa un alto porcentaje (43%) en neutro, lo cual no permitió encontrar datos relevantes para la discusión (Tabla 5).

Tabla 5
Resultados de culpar al sistema según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo43.531.030.825.028.650.032.6
Neutro17.424.125.018.842.90.023.3
De acuerdo39.144.844.256.328.650.044.2
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

En la tercera pregunta de brecha social refleja el orden natural de las cosas, la mayoría de las personas encuestadas en cada uno de los estratos está de acuerdo con esta afirmación. Se debe resaltar que el 100% de las personas del estrato 6, están de acuerdo con la afirmación. Las personas del estrato 5 son las que más están en desacuerdo con esta afirmación, con una participación del 43% (Tabla 6).

Tabla 6
Resultados de Brecha Social según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo17.413.332.113.342.90.023.1
Neutro39.136.722.633.328.60.030.0
De acuerdo43.550.045.353.328.6100.046.9
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio.

Con la cuarta pregunta de posición económica como reflejo de los logros, los encuestados de la mayoría de los estratos están de acuerdo con dicha afirmación exceptuando el estrato 5, que en este estrato están la mayoría en desacuerdo con un 42.9%. El estrato 4 es el estrato que esta con el mayor porcentaje de estar de acuerdo con dicha afirmación con un porcentaje de 62.5%. (Tabla 7).

Tabla 7
Resultados de Posición Económica según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo30.430.028.825.042.950.030.0
Neutro21.716.719.212.528.60.018.5
De acuerdo47.853.351.962.528.650.051.5
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Con la quinta pregunta se analiza el esfuerzo para subir en la escala social, en todos los estratos se observa que los encuestados están de acuerdo con dicha afirmación y que el estrato 5 es el que más está de acuerdo con un 85.7%. Es curioso que el estrato que más está en desacuerdo es el estrato 6 con una participación del 50% (Tabla 8).

Tabla 8
Resultados de Esfuerzo según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestasEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo21.710.07.76.30.050.010.8
Neutro4.323.313.518.814.30.014.6
De acuerdo73.966.778.875.085.750.074.6
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

La sexta pregunta analiza los efectos de la pobreza por no trabajar. La mayoría de los universitarios encuestados consideran que la pobreza puede llegar a ser un resultado de no trabajar (50,4%) y es más evidente en los estratos 2 y 4, 63,3% y 62,5% respectivamente. En contraste, la población de los estratos 1 y 3, tienen una posición más paternalista, es decir, no están tan acuerdo con dicha afirmación (Tabla 9).

Con la séptima y última pregunta se analiza la percepción de los universitarios, en cuanto el sistema económico premie el esfuerzo y el trabajo de las personas. La mayoría de encuestados sin importar el estrato económico está de acuerdo con dicha afirmación. La población de los estratos 2 (86.7%) y 3 (79,2%), son los que más están de acuerdo con esta afirmación. En contraste los estratos 4 y el están en desacuerdo con 25% y 50%, respectivamente (tabla 10).

Tabla 9
Resultados de Pobreza por no trabajar según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo43.526.735.818.814.350.032.1
Neutro13.010.020.818.842.90.017.6
De acuerdo43.563.343.462.542.950.050.4
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Tabla 10
Resultados de Sistema económico que premie según estrato socioeconómico (%), 2016
RespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
En desacuerdo8.73.315.125.014.350.013.0
Neutro30.410.05.712.514.30.012.2
De acuerdo60.986.779.262.571.450.074.8
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

En síntesis, se observa que los universitarios encuestados de Santa Marta justifican el sistema económico, considerando que en la medida que las personas trabajen duro, pueden ascender en la escala social. Además, creen en el sistema de premios por el esfuerzo y a su vez piensan que la estratificación es un orden natural e inevitable. Este comportamiento se corrobora con los estudios de Jost y Banaji (1994), quiere explicar que las personas defienden los sistemas sociales, aunque estos sean negativos, debido a la sensación de percibir el mundo como ordenado y controlado.

La desigualdad económica de los Universitarios de Santa Marta

Esta sección indaga sobre la importancia de la percepción de la desigualdad económica de la población de estudio. Para ello se utilizan las variables monetarias de ingresos que brinda la base de datos, entre las cuales está el salario más alto real, el salario más bajo real, el salario más alto ideal y el salario más bajo ideal. Al igual que en la sección anterior, se hace un análisis discriminando por estrato económico.

Al ser estas cuatro variables monetarias, la mejor forma de abordar el análisis es por medio de promedio. Las tablas 10 y 11 dan la información respectiva de los promedios de las cuatro variables anteriormente nombradas, discriminadas por los estratos económicos y los cuartiles de edad.

Cuando se analiza por estrato, se evidencia una tendencia de que los estudiantes encuestados en estratos económicos bajos tienden a aumentar los salarios tanto percibidos como ideales. De igual forma se evidencia que los encuestados dan mayor importancia al salario percibido más alto en comparación al salario ideal y que a la vez, dan mayor importancia al salario ideal bajo en comparación al salario percibido bajo. Los encuestados muestran una característica de igualar la sociedad mediante las brechas salariales entre salarios altos y bajos (tabla 11).

Tabla 11
Salarios real e ideal clasificados por estrato, 2016
Salario - MillonesEstrato socioeconómico
123456
Salario más alto (percibido)31.612.716.08.59.415.0
Salario más bajo (percibido)1.11.115.61.01.12.9
Salario más alto ideal (justo)10.610.015.57.65.211.0
Salario más bajo ideal (justo)2.22.54.11.72.83.0
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Cuando se analiza las mismas preguntas, pero esta vez discriminando por cuartiles de edad, se tiene que de igual forma hay una tendencia decreciente que entre mayor edad de cuartil es más realista y los salarios son más bajos.

Con el análisis de las brechas salariales percibida y justa, se pudo identificar las opiniones respecto a la justicia de salarios entre las personas con mayor y menor cualificación. A través de los datos hallados se infiere que los estudiantes encuestados de Santa Marta tienden a aumentar los salarios tanto percibidos como ideales, es decir promueven la igualdad de la sociedad mediante menores diferencias entre los salarios (Figura 4). De acuerdo con la figura 4 la brecha salarial se acentúa cuando se analiza la brecha salarial percibida.

Promedios Brecha salarial percibida y brecha salarial justa, según estrato económico, 2016
Figura 4
Promedios Brecha salarial percibida y brecha salarial justa, según estrato económico, 2016
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Mientras que, en la brecha ideal o justa, el estudiante encuestado evidencia el pensamiento igualitario y equitativo que se espera en una sociedad donde la desigualdad de ingresos entre ricos y pobres tiende a disminuir. Claramente ambas brechas se alejan de 0, lo que evidencia la desigualdad salarial real entre las personas de ingresos altos y las personas de ingresos bajos.

Preferencias de las medidas redistributivas de los universitarios de Santa Marta

Las medidas redistributivas son las formas de intervención o regulación del gobierno, para mitigar la desigualdad y se implementan por medio de políticas públicas de carácter social y fiscal, tales como proyectos de vivienda de interés social, subsidios de desempleo, acceso a salud y educación pública.

A partir de las cinco preguntas del componente “Medidas redistributivas”, en esta sección se analiza la percepción y preferencias respecto aplicación de medidas redistributivas por parte del gobierno nacional, frente al fenómeno de desigualdad, con el fin de mitigarlo e incrementar las oportunidades de los más pobres. Es evidente el comportamiento que tiene el individuo que no apoya las medidas redistributivas y el que si lo hace. El primero tiende a ser menos paternalista y por ende no busca la ayuda del Gobierno a través de subsidios, más bien cree en la meritocracia y la movilidad social a través del trabajo duro. El segundo prototipo de persona apoya las políticas redistributivas.

En efecto, el 17% de los estudiantes encuestados no está de acuerdo con que el gobierno disminuya las brechas salariales, mientras que el 64% apoyan esta medida. Cuando esta pregunta se cruza con la variable estrato socioeconómico, se observa que los estratos 1, 2, 3, 4 y 6 tienden a ser más paternalistas, excepto el estrato 5. El comportamiento de los estudiantes encuestados de los estratos 5 y 6 evidencian que las preferencias frente a las medidas redistributivas que adopte el gobierno nacional no dependen del estatus social, sino a las particularidades y experiencias de cada individuo. De esta manera, esta investigación evidencia que el estrato 6 los estudiantes encuestados tienen un mayor grado de altruismo que el resto de los estratos (Tabla 12).

Tabla 12
¿El Gobierno tiene la responsabilidad de reducir las diferencias de ingresos entre los que tienen ingresos altos y los que tienen ingresos bajos? (%), 2016
ClasificaciónRespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
No apoya la medidaEn desacuerdo: Totalmente en desacuerdo/Algo en desacuerdo17,420,09,418,842,90,016,0
NeutroNeutro21,720,018,96,328,650,019,1
Apoya la medidaDe acuerdo: Algo de acuerdo/Totalmente de acuerdo60,960,071,775,028,650,064,0
Total100100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Al preguntar ¿El Gobierno debería proporcionar un nivel de vida decente a los que está desempleados?, el 13,8% de los estudiantes encuestados no está de acuerdo con que el gobierno implemente subsidios o seguros de desempleo, para los desempleados. En contraste, cerca del 64% de los encuestados apoya esta medida. En este caso, el estrato 5 resultó tener el mayor porcentaje de estudiantes encuestados que apoyan las medidas redistributivas (71,4%), es decir apoyan esta medida (Tabla 13).

Tabla 13
¿El Gobierno debería proporcionar un nivel de vida decente a los que está desempleados? (%), 2016
ClasificaciónRespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
No apoya la medidaEn desacuerdo: Totalmente en desacuerdo/Algo en desacuerdo4,313,315,425,00,050,013,8
NeutroNeutro26,123,315,437,528,60,022,3
Apoya la medidaDe acuerdo: Algo de acuerdo/Totalmente de acuerdo69,663,369,23771,450,063,8
Total100100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

El 53% de los universitarios encuestados no está de acuerdo que el gobierno debería gastar menos dinero en subsidios para los pobres. En tanto el 17% está de acuerdo con esta medida no redistributiva. Por estratos socioeconómicos el comportamiento es similar al promedio (Tabla 14). A nivel de estratos se observa la misma tendencia, más del 40% de los universitarios encuestados en cada estrato apoyan las medidas redistributivas. Sin embargo, en el estrato 6 se encuentran los dos extremos siendo que un 50% aboga por un estado paternalista mientras que el otro el otro 50% no.

Particularmente, en el estrato 1 se encontró el menor porcentaje de personas apoyando más subsidios para los pobres, este comportamiento atípico puede tener varias explicaciones, por ejemplo, no siempre el estrato social indica la situación económica del individuo, como encontró en la distribución de la muestra de este estudio según estratos e ingresos, donde en algunas ocasiones los encuestados de estratos bajos viven en hogares con altos ingresos y en otros casos, algunas personas de altos estratos residen en hogares con bajos ingresos. Otra razón podría ser que algunos de los estudiantes encuestados del estrato 1, no son conscientes de su situación y finalmente, podría ser que son pobres vergonzantes, que además creen en el sistema de la meritocracia.

En las siguientes dos preguntas los encuestados dan la importancia al acceso de servicios como lo son la salud y la educación y subrayan la capacidad de pago para adquirir mejores de salud y educación. Al preguntar a los universitarios de Santa Marta, ¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar un mejor servicio de salud, que la gente con ingresos más bajos? El 48% considera injusto que, por tener mayores ingresos, pueda acceder a mejores servicios de salud. En tanto, el 21% apoya esta medida. Al analizar el comportamiento por estratos socioeconómicos, se observa que, en casi todos, un poco menos del 50% de las personas no apoyan dicha medida, excepto el estrato 5, donde el 57% mostró un comportamiento neutro, mientras que el estrato 6 se encontraron los dos extremos el 50% acepta y el otro 50% no apoya la medida (Tabla 15).

Tabla 14
¿El gobierno debería gastar menos dinero en subsidios para los pobres? (%), 2016
ClasificaciónRespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
No apoya la medidaEn desacuerdo: Totalmente en desacuerdo/Algo en desacuerdo40,946,762,362,542,950,053,8
NeutroNeutro31,836,726,418,842,90,029,2
Apoya la medidaDe acuerdo: Algo de acuerdo/Totalmente de acuerdo27,316,711,318,814,350,016,9
Total100100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Tabla 15
¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar un mejor servicio de salud que la gente con ingresos más bajos? (%), 2016
ClasificaciónRespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
No apoya la medidaTotalmente injusto43485350295048
NeutroModeradamente injusto/Ni justo/ Ni injusto/Moderadamente justo3531263157031
Apoya la medidaTotalmente justo22212119145021
Total100100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Si se pregunta a los universitarios encuestados de Santa Marta, ¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar una educación mejor para sus hijos, que la gente con ingresos más bajos?, el 41% considera injusto que por tener mayores ingresos pueda acceder a mejores servicios de educación (Tabla 16). En tanto, el 31% de los encuestados considera justa esta medida. Aunque, el servicio de salud debería ser de acceso para todos y debería ser de la misma calidad. Al analizar el comportamiento por estratos socioeconómicos, se observa que, la salud es menos mercantilizable que la educación. En efecto, para el estrato 6 no hubo personas encuestadas que consideren injusta esta política (Tablas 15 y 16).

El comportamiento diferenciado y muy marcado en el estrato 6, entre la medida de salud y educación, permite inferir que, para la muestra de este estrato, la salud es un servicio menos mercantilizable que la educación. Los encuestados consideran que es más injusto el acceso a la salud por tener mejores ingresos que el acceso a la educación por tener mejores ingresos

Tabla 16
¿En qué medida cree que es justo que la gente con ingresos económicos más altos pueda pagar una educación mejor para sus hijos que la gente con ingresos más bajos? (%), 2016
ClasificaciónRespuestaEstrato socioeconómicoTotal
123456
No apoya la medidaTotalmente injusto3945453814041
NeutroModeradalente injusto/Ni justo/ Ni injusto/Moderadamente justo35212338575028
Apoya la medidaTotalmente justo26343225295031
Total100100100100100100100
Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta del estudio

Discusión

A partir del análisis de los datos arrojados por el componente justificación del sistema económico, se observa que existe una tendencia a que los universitarios encuestados de las Universidades del Magdalena y de la Universidad Cooperativa de Colombia de Santa Marta consideran que, si la gente se esfuerza, podría lograr una mejor posición económica. En otras palabras, los universitarios encuestados en Santa Marta justifican el sistema económico y creen en el sistema de mérito: se premia a los que más se esfuerzan. Sin embargo, existe una excepción en la pregunta: “¿La brecha entre clases sociales refleja el orden natural de las cosas?”. Aquí los encuestados se contradicen con respecto al resto de respuestas.

Cuando se discriminan las preguntas del componente Justificación del sistema económico por estratos socioeconómicos, se puede caracterizar a los estudiantes encuestados como de falsa conciencia, porque no son conscientes de sus condiciones materiales, manteniendo la misma tendencia de sus respuestas que los estratos más altos. En general este comportamiento corrobora la tesis de Jost y Banaji (1994), según la cual los individuos tienen motivaciones por mantenerse en el sistema, debido a que los perciben como justo, necesario e inevitable. Estos resultados están en la línea con el estudio de Jaume y Etchezahar (2013), quienes concluyen que algunas veces los individuos están motivados a mantener el orden del sistema, aunque los perjudique. Este comportamiento se sustenta con la teoría de la justificación de Jost y Hunyady (2005), en la que las personas tienen pensamientos inconsistentes y mantienen un equilibrio interno, percibiendo el mundo ordenado.

En el caso del componente de la desigualdad percibida, que se analizó con las cuatro variables monetarias sobre los ingresos deseados y los reales: al discriminar los resultados por estrato socioeconómico, se observó una relación negativa, entre mayor sea el estrato económico del encuestado, consideraron menor salario real e ideal. Es decir, los universitarios encuestados en Santa Marta de estratos bajos tienden a sobrevalorar los ingresos mientras que los de estratos altos tienden a dar valores más ajustados. Este resultado se corrobora con el estudio de Castillo et al., (2012), quienes encontraron relación entre el estatus social de los dividuos y su percepción de desigualdad, los individuos que perciben su salario como justo tienden a percibir menos desigualdad.

De igual forma, cuando se analiza por cuartil de edad, las personas encuestadas de cuartiles más altos, es decir, las de mayor edad, tienden a dar un salario más centrado, mientras que las personas encuestadas más jóvenes, que pertenecen a los cuartiles más bajos tienden a sobrevalorar los ingresos. Este resultado coincide con el estudio Rodríguez (2014), que encontró que las personas más jóvenes tienden a incrementar los salarios reales y percibidos. Cabe anotar que el presente estudio no se especializó en el análisis de la percepción de la desigualdad, la justificación del sistema y el apoyo a las medidas redistributivas por parte del gobierno de acuerdo con la edad del individuo, porque la población de estudio fueron universitarios, encontrando edades cercanas.

También se debe destacar que, sin importar el estrato económico ni el cuartil de edad, existe una gran diferencia entre los ingresos reales y los ingresos ideales. Cuando se comparan estas dos variables, ideal versus real, se observa que, en los ingresos reales altos, son mayores a los ingresos reales bajos; mientras que los ingresos ideales altos son más cercanos a los ingresos ideales bajos. Es decir, para los estudiantes encuestados de Santa Marta, es evidente la importancia del ingreso, y de una sociedad más igualitaria, y por la necesidad de disminuir las brechas de ingreso igualando los ingresos altos con los ingresos bajos.

Finalmente, cuando se analizan las medidas redistributivas en donde el Gobierno “compensa” las características desfavorables de las personas con mayores necesidades, los estudiantes encuestados están de acuerdo con el papel paternalista del Estado. Es decir, sin importar el estrato socioeconómico ni el cuartil de edad, los estudiantes encuestados consideran que el Gobierno debe garantizar un seguro de desempleo, debe mitigar y disminuir las brechas salariales y por lo tanto igualar las condiciones económicas de los ciudadanos y promocionar la economía solidaria mediante la implementación adecuada de subsidios, encaminados a cerrar la brecha social existente.

Igualmente, la mayoría de encuestados están en desacuerdo con las afirmaciones de si se posee mayores ingresos, se puede acceder a mejores servicios de salud y de educación. Este resultado está relacionado con los ingresos ideales, porque evidencia que todos deberían acceder a los mismos servicios de salud y de educación. Sin embargo, cuando se discrimina por estrato socioeconómico, se observa que el estrato más alto los universitarios de Santa Marta consideran que no es injusto que la gente con ingresos más altos acceda a un mejor servicio de educación. Es decir, para todos los estratos el servicio de salud no debe ser mercantilizable. Esto ocurre también para el caso de la educación excepto para el estrato 6. Este último resultado en educación corrobora con el estudio de Londoño (2011), quien argumenta que los estratos más bajos o quienes perciben el sistema socioeconómico como injusto, demandan mayores medidas redistributivas.

Los resultados muestran en general que entre más bajo sea el estrato socioeconómico mayor apoyo existe a las medidas redistributivas. Esto se cumple sobre todo para los estratos del 1 al 4. Este comportamiento se corrobora con los estudios de Meltzer y Richard (1981), Londoño (2011), Gimpelson y Treisman (2017) y García Sánchez et., al (2018), quienes argumentan que las personas con estratificaciones más bajas tienden a preferir mayor apoyo a las políticas redistributivas que establece el gobierno. Sin embargo, se observó que el estrato 6 en general apoya más las medidas redistributivas que el estrato 5; este resultado se debe a que existen otras variables subjetivas que podrían estar explicando esta actitud de los estratos más altos. En efecto, Irwin (2016) argumenta que el estudio de la desigualdad no puede limitarse a las medidas netas de distribución del ingreso, porque existen variables subjetivas como la experiencia y el contexto de los individuos que influye en la percepción de la desigualdad (García Sánchez et al., 2018).

Finalmente, el hecho de que la población de estudio fueran solamente estudiantes universitarios, pudo sesgar los resultados en relación con la percepción de la desigualdad, la justificación del sistema y preferencia a las medidas redistributivas, por ello este estudio no se podría extrapolarse a toda la población. Por ejemplo, se espera a que este grupo por tener acceso a la educación superior apoyen más el sistema de méritos, aspecto asociado a la justificación del sistema, donde el individuo cree que si las personas se esfuerzan mejoraran su nivel de ingresos y con ello se reducirá la desigualdad. Este resultado va en dirección con los argumentos de Sen (2000), en este caso los universitarios tienen menos privaciones que los individuos que no pueden acceder a la educación superior, por lo tanto percibirán menor desigualdad, en efecto Piketty (2014), define que el acceso a la educación como uno de los determinantes para reducir la desigualdad.

Conclusiones

Con respecto a la justificación del sistema, en general los universitarios encuestados de Santa Marta justifican el sistema, es decir creen en la meritocracia. En cuanto a la brecha percibida, se observa que entre mayor edad tengan los universitarios encuestados de Santa Marta, son más realistas y los salarios son más bajos. Asimismo, los encuestados en estratos económicos bajos tienden a aumentar los salarios tanto reales como ideales.

En general, los estudiantes encuestados de Santa Marta tienden a igualar la sociedad mediante las brechas salariales entre salarios ideales o justos altos y bajos, por lo que se pueden clasificar como personas colectivistas. Estos resultados se corroboran con el estudio de Castillo (2009), quien también encontró que las personas tienden a reducir las diferencias salariales ideales o justas, por lo tanto, rechazan la desigualdad.

Los universitarios encuestados de Santa Marta consideran que tienen una posición colectivista frente a las medidas redistributivas para el acceso a los servicios de educación y salud. Este comportamiento en general se mantiene en todos los estratos socioeconómicos de los encuestados, excepto en el estrato 6 en el servicio de salud, quienes en un 50% son individualistas, es decir para el estrato social más alto la salud es un servicio mercantilizable. Por todo lo anterior se considera que el presente estudio es pionero en el tema de la percepción de la desigualdad económica en la ciudad de Santa Marta.

Por las implicaciones de la desigualdad económica en los procesos psicosociales se recomienda que en las encuestas DANE, se tengan en cuenta variables en las que se pueda analizar la percepción que tiene la población de la desigualdad económica, la justificación del sistema y sus preferencias redistributivas, con el fin de tener insumos para la política pública en materia de reducción de la desigualdad y programas focalizados a favorecer a la población juvenil.

Dentro de las limitaciones del estudio se encuentra la escasez de recursos para tomar un mayor tamaño muestral, además, la investigación se delimitó al sector de estudiantes universitario, por lo que el rango de edad fue de los 16 y 32 años, dejando por fuera población con edad mayor a este grupo etario y además en un contexto diferente del universitario, lo cual podría inferir en la percepción de la desigualdad, la justificación del sistema y el apoyo a las medidas redistributivas.

Igualmente, el estudio de la percepción de la desigualdad del ingreso, la justificación del sistema y el apoyo a las medidas redistributivas solo se analizó con relación al estrato socioeconómico, por lo que se espera que se desarrollen investigaciones que analicen dicha temática con respecto a las diferencias tanto de género, como por edad, que comprenda más rangos de edades y además, distinga el comportamiento de acuerdo al sector, es decir si los universitarios estudian en universidad pública o privada.

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Información adicional

Como citar este artículo:: Bayona-Velásquez, M. C. (2021). Desigualdad percibida, justificación del sistema y preferencias redistributivas en estudiantes universitarios de la ciudad de Santa Marta, Colombia. Jangwa Pana 20(1), 101-130. doi: https://doi.org/10.21676/16574923.3995

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