Resumen
No hay una época en la que a uno se le pongan tanto los pelos de punta como la época electoral. Unos quieren apoyar al candidato A porque se enfoca detalladamente en la situación del país, mientras que otros apoyan al candidato B porque su retórica y su plan de gobierno es más “atractivo” a las masas, por decirlo de cierta manera. La misma situación se presenta cuando uno está en un partido de fútbol: la hinchada del equipo rojo y la del equipo azul alientan a sus respectivos equipos. Al principio todos se encuentran en armonía apoyando a su equipo, pero de un momento a otro pasan de simples burlas y chistes amistosos a ofensas gravísimas, arremetiendo contra la integridad física de sus rivales. ¿En qué momento empezamos a perder la cordura? Si se trata de una decisión transcendental para el país, para nuestro futuro, ¿qué estamos haciendo mal?Descargas
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