Resumen
Recuerdo que a mis 11 años, como cada domingo durante algunos meses, mi padre llegaba a casa con el periódico y dentro de este unas cuantas hojas que formarían el gran atlas del mundo; esperaba con impaciencia ese día en el que descubría un nuevo continente, una montaña, un océano, un país con algún nombre “raro” de Asia. Creo que ese hecho, que revivo con mucha melancolía, me hizo un apasionado por las culturas y despertó mis deseos de explorar nuestro planeta. Justamente hace un año, al finalizar mis estudios de psicología en la Universidad del Magdalena, decidí un día renunciar a mi trabajo, a mi beca de posgrado, despedir a mi familia, a mis amigos, a la ciudad que me vio nacer y crecer. Pero, en ese momento, no estaba seguro de si debía partir a Europa, más precisamente a Francia ¿Por qué ese país? Porque me inspira la libertad y el humanismo que emana su literatura y su lengua. Entonces lo hice.Descargas
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