Duazary / Vol. 15, No. 2 - 2018 / 125 - 128

DOI: http://dx.doi.org/10.21676/2389783X.2124

EDITORIAL

AVANCES EN PSICOBIOLOGÍA: RESPUESTA AUTONÓMICA DE LA VFC Y LA DIMENSIÓN GLOBAL DE LA COGNICIÓN HUMANA

Ubaldo Enrique Rodríguez-de Ávila 1 , John Fontanelle-Araujo 2 , Mario André Leocadio-Miguel 3

1. Estudiante de doctorado en Psicobiología. Universidade Federal do Rio Grande do Norte. Natal, Brasil. Correo: rodriguez.ubaldo@gmail.com - http://orcid.org/0000-0001-5907-001X

2. Departamento de Fisiología, Laboratorio de Neurobiología e Ritmicidade Biológica. Universidade Federal do Rio Grande do Norte. Natal, Brasil. Correo: johnfontenelearaujo@gmail.com - http://orcid.org/0000-0002-8022-2425

3. Departamento de Fisiología, Laboratorio de Neurobiología e Ritmicidade Biológica. Universidade Federal do Rio Grande do Norte, Natal, RN, Brasil. Correo: miguel.ml.mario@gmail.com - mrebolledo@unimetro.edu.co - http://orcid.org/0000-0002-7248-3529

La Porges Polyvagal Perspective introdujo una nueva idea que relaciona la función autonómica con el comportamiento, que incluye una apreciación del sistema nervioso autónomo como “sistema”, la identificación de circuitos neuronales implicados en la regulación del estado autonómico y una interpretación de la reactividad autonómica adaptable dentro del contexto de la filogenia del sistema nervioso autónomo vertebrado, haciendo énfasis en la comprensión de los mecanismos neurofisiológicos y cambios filogenéticos en la regulación neural1-3. Además, en esta misma perspectiva, otros investigadores propusieron el Neurovisceral Integration Model4,5 el cual expone la existencia de una red de estructuras neurales relacionadas con la regulación de procesos fisiológicos, procesos cognitivos y procesos emocionales, al que denominaron “Central Autonomic Network” (CAN), como parte de un sistema de regulación interna a través del cual el cerebro controla las respuestas visceromotoras, neuroendocrinas y comportamentales, las cuales son al mismo tiempo fundamentales para lograr el comportamiento adaptativo, inervando el corazón a través de las vías simpática y parasimpática del Sistema Nervioso, cuya interacción se considera la fuente de la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (VFC)6,7.

La “Porges Polyvagal Perspective1-3” y la “Neurovisceral Integration Model” 4,5, se basan en la evidencia de que los sustratos corticales pre-frontales de la autorregulación top-down influencian la actividad cardiaca, principalmente a través del sistema nervioso parasimpático, existiendo así, un interés considerable en las relaciones entre los índices de VFC y los aspectos de auto-regulación top-down8, como los procesos Psicológicos y de funciones ejecutivas9 y emocionales10. Así, la relación función autonómica y comportamiento humano, permite plantear investigaciones novedosas, es decir, no es una teoría estática, es más bien un enfoque que permite la correlación precisa a un modelo aún más integrador, incorporando conocimiento contemporáneo de la neurofisiología y de la filogenia, con posibilidad de unirlo a los estudios de la VFC a través de la utilización de tecnologías computacionales, derivando en un enfoque psicofisiológico y psicobiológico interesante, uniendo los postulados de la Psicología con el tratamiento de parámetros fisiológicos como conductas observables.

Con todo lo anterior, se entiende que la VFC es el resultado de interacciones del sistema nervioso autónomo (SNA) y el mecanismo del funcionamiento del corazón y la actividad del SNA se basa en el equilibrio entre el sistema nervioso simpático -SNS y el sistema nervioso parasimpático –SNP7,11. De esta forma, la activación del SNS produce un aumento de la Frecuencia Cardiaca mediante impulsos lentos de baja frecuencia, responsable de la variabilidad de la frecuencia cardiaca debido a estrés físico y mental. En cambio, el SNP disminuye la frecuencia cardiaca por impulsos eléctricos vagales de alta frecuencia y gestiona los cambios en la tasa cardiaca debidos a las señales procedentes de los barorreceptores arteriales y del sistema respiratorio7.

Las diversas posturas teóricas y las evidencias empíricas, postulan que la VFC está emergiendo como una medida simple, no invasiva de la actividad autonómica, la cual representa uno de los interesantes marcadores cuantitativos del balance autonómico12-14. De ahí que la VFC refleja la capacidad de auto-regulación y por tanto puede ser empleada como un bio-marcador de autoregulación top-down8, es decir, uniéndola con la capacidad de regular los procesos conductuales, cognitivos y emocionales.

Ahora bien, si entendemos el aprendizaje como un proceso por el cual adquirimos información que se traduce en conocimiento15 de manera asociativa y no asociativa, los tipos de interacciones psicológicas se entienden en términos de sustitución o transferencia de funciones16, donde las diferentes formas precisas de aprendizaje humano se miden y diferencian en contextos particulares de la investigación psicobiológica, de forma inter-ligada, en lo que se podría definir como <Dimensión Global de la Cognición Humana (DGCH)> en los procesos de Enseñanza-Aprendizaje.

Así, para medir la VFC como un marcador de los procesos cognitivos, desde la atención hasta el aprendizaje, dos serán las tesis teóricas que deben sustentar el andamiaje conceptual de dicha idea: 1) Solo hay aprendizaje eficaz durante los procesos Enseñanza-Aprendizaje si se movilizan todos los componentes de la cognición humana, y 2) La Dimensión Global de la Cognición Humana es la integración de las tres grandes categorías que encierran las diferentes variables psicológicas: los Procesos Psicológicos (básicos y superiores), las Funciones Ejecutivas y Metacognición.

Podríamos concluir que, para un abordaje metodológico de interacciones grupales en entornos ecológicamente naturales17 derivado del enfoque de intersubject correlation18 en entornos educativos semi-naturalistas, la DGCH puede ser medida mediante respuesta autonómica de Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca, entendiéndose que la atención es la base de los procesos de aprendizaje, y la Frecuencia Cardíaca varía en función de las demandas de la tarea cognitiva, y en su conjunto, la VFC es altamente sensible a las demandas globales de atención sostenida por encima de la influencia de otros procesos cognitivos19, de las dimensiones estructurales de la personalidad20, del estado de ánimo21 y del sueño22 con su interacción comportamiento emocional23, o de los tipos vespertino–matutino con influencia en el aprendizaje24,25.

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