PREVALENCIA DE SOBREPESO, OBESIDAD Y DISLIPIDEMIA EN TRABAJADORES DE SALUD DEL NIVEL PRIMARIO
PREVALENCE OF OVERWEIGHT, OBESITY AND DYSLIPIDEMIA IN HEALTH WORKERS AT THE PRIMARY LEVEL
TITULO CORTO: PREVALENCIA DE SOBREPESO, OBESIDAD Y DISLIPIDEMIA
RESUMEN
La dislipidemia y la obesidad constituyen factores modificables de riesgo cardiovascular. El objetivo de este estudio es determinar la prevalencia de sobrepeso, obesidad y dislipidemia en trabajadores de la salud. Este es un estudio transversal en el que el muestreo fue aleatorio con afijación proporcional y se incluyeron 163 trabajadores de áreas de la salud. Se evaluaron el índice de masa corporal y el perímetro abdominal. Se consideraron colesterol total (CT) elevado > 200 mg/dl, LDL-C > 100 mg/dl, HDL-C bajo (varones HDL-C < 40 mg/dl y mujeres HDL-C < 50 mg/ dl), y triglicéridos ≥ 150 mg/d. La prevalencia de hipercolesterolemia fue 30,1 %, triglicéridos 40,5%, HDL bajo 69,3%, LDL elevado 55,2%, y la dislipidemia global fue 87,7%. La mediana de triglicéridos (p=0,034) y LDL-C fue mayor en varones que en mujeres (p=0,038). La LDL-C aumentó con la edad (p=0,015). La dislipidemia, sobrepeso, obesidad y obesidad abdominal predominaron en las mujeres. La prevalencia de sobrepeso fue 41,1%, obesidad 25,8% y obesidad abdominal de 37,5%. Se concluyó que la prevalencia de dislipidemia global fue alta y más de la mitad de los trabajadores de la salud presentaron sobrepeso u obesidad, así como la tercera parte tuvieron obesidad abdominal.
Palabras Clave: hipercolesterolemia; hipertrigliceridemia; hiperlipidemias; dislipidemias; salud laboral.
ABSTRACT
Dyslipidemia and obesity are modifiable risk factors of cardiovascular risk. To determine the prevalence of overweight, obesity and dyslipidemia in health care workers. Cross-sectional study was conducted. It carried out a sampling random with affixation proportional. The sample size was 163 health care workers. Body mass index and waist circumference anthropometric technique was evaluated. Considered high total cholesterol > 200 mg/dl, high LDL-C> 100 mg/dl, low HDL-C (men HDL-C<40 mg/dL and women HDL-C<50 mg/dl), and triglycerides≥ 150 md/d. The prevalence of hypercholesterolemia was 30.1%, 40.5% triglycerides, 69.3% low HDL-C, high LDL-C 55.2%, and global dyslipidemia was 87.7%. The median triglycerides (p = 0.034) and LDL-C was higher in males than in females (p=0.038). The dyslipidemia increased as age increased in LDL-C (p=0.015). Dyslipidemia, overweight, obesity and obesity abdominal were higher in workers women. The prevalence of overweight was 41.1%, 25.8% obesity and the obesity abdominal was 37.5%. The prevalence of dyslipidemia global was high and more than half of health workers were overweight or obese and one-third had abdominal obesity.
Keywords: hypercholesterolemia; hypertriglyceridemia; hyperlipidemias; dyslipidemias; occupational health.
INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)1, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo. Se calcula que 17,5 millones de personas murieron por ECV. Aproximadamente, más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de ingresos bajos y medios. En Perú, la tercera causa de mortalidad son las enfermedades del aparato circulatorio2. Entre los factores de riesgo cardiovascular modificables están las dislipidemias, la hipertensión arterial, el tabaco, la diabetes mellitus, la vida sedentaria, el estrés, la obesidad y entre los no modificables están la edad, el sexo y la herencia.
En los últimos años la obesidad se ha duplicado a nivel mundial. Aproximadamente el 39% de la población adulta tenía sobrepeso y el 13% era obesa en los países con altos, medianos o bajos ingresos, sobre todo en la zona urbana3. Se estima que para el 2025 la prevalencia de obesidad será de 18% en los hombres y 21% en las mujeres adultas a nivel mundial4.
La dislipidemia es considerada como un factor de riesgo modificable de enfermedad coronaria y se define como la alteración de una o más lipoproteínas en sangre que conduce al aumento del colesterol total (CT), de triglicéridos (TG), al aumento de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) y a la disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL-C)5. La dislipidemia es un factor de riesgo aterogénico con un efecto pronóstico que depende de la edad: cuanto más joven sea la persona, mayor será el impacto negativo sobre la esperanza de vida6.
En Perú, estudios poblacionales evidencian que la prevalencia de sobrepeso u obesidad asciende a 7,6% en jóvenes y 19,8% en adultos7, mientras que la prevalencia de colesterol total es de 19,6 %, la hipertrigliceridemias de 15,0% y LDL-C elevado de 13% en adultos peruanos8. Los trabajadores de la salud no están exentos de este problema. Briceño-Díaz y Ayudant9 encontraron que el 48,8% de los trabajadores de la salud del Hospital San José del Callao presentaron sobrepeso, 27,7% obesidad, y 53% tuvieron niveles de colesterol total por encima de lo recomendable (< 200 mg/dL). Rosas et al10 mostraron que el 17,9% de los trabajadores de una institución estatal tuvieron obesidad, 46,8% sobrepeso, 34,7% hipercolesterolemia, 19,5% nivel alto de triglicéridos, 29,7% LDL-C, 24,9% de CT/HDL-C y 16,7% de LDL-C/HDL-C.
El incremento de sobrepeso, obesidad y dislipidemia obedecen a factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales tenemos el tipo de dieta, la baja actividad física, el bajo consumo de frutas y verduras, la ingesta de comida rápida con alto contenido de grasa y carbohidratos y bajo contenido de fibras, el consumo de bebidas azucaradas, entre otros6. La obesidad se asocia a niveles elevados de dislipidemias, este último incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ambos afectan la expectativa y la calidad de vida de la persona, incrementan la muerte prematura11 y repercuten en el Sistema de Salud debido al elevado costo por tratamiento y atención especializada12.
Los trabajadores de la salud constituyen una parte considerable del Sistema de Salud. Se requiere información sobre la situación de salud de este grupo laboral para proponer e implementar intervenciones preventivas para disminuir el exceso de peso y la dislipidemia, y así contribuir en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia de sobrepeso, obesidad y dislipidemia en los trabajadores de salud en centros de salud de nivel primario.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este fue un estudio observacional y transversal. La población estuvo constituida por los trabajadores de la salud del nivel primario. Se incluyeron a los trabajadores de la salud con vínculo laboral y se excluyeron a los practicantes y trabajadores de la salud rotante o pasante. El muestreo fue aleatorio y con afijación proporcional. El tamaño de muestra se calculó considerando la proporción de triglicéridos de 48,6 % en un total de población de 340 trabajadores de la salud; el nivel de confianza fue del 95% y la precisión del 5%. La muestra calculada fue de 181 trabajadores de la salud distribuidos proporcionalmente entre los establecimientos del primer nivel de atención de la Red de Salud de Piedra Liza del distrito de San Juan de Lurigancho de Lima. Se evaluaron 163 trabajadores de la salud.
Se empleó la entrevista como técnica de recolección de datos y se aplicó un cuestionario adaptado, basado en el formato de la Encuesta Nacional de Indicadores Nutricionales, Bioquímicos, Socioeconómicos y Culturales Relacionados con las Enfermedades Crónicas Degenerativas, realizada por el Centro de Alimentación y Nutrición (CENAN) del Instituto Nacional de Salud8. El cuestionario incluyó los datos personales de antropometría y de dislipidemia.
Las mediciones del peso, talla y perímetro abdominal se realizaron según la norma técnica del Ministerio de Salud de Perú13. La evaluación nutricional se realizó mediante el Índice de Masa Corporal (IMC) que considera el peso/ talla al cuadrado. La clasificación del estado de nutrición se basó en los parámetros de la OMS y el Ministerio de Salud de Perú (MINSA). Para los adultos se consideró: delgadez (IMC ≤ 18,4), normal (IMC ≥ 18,5 y ≤ 24,9), sobrepeso (IMC ≥ 25,0 a ≤ 29,99) y obesidad (IMC ≥ 30,0)14; y para los adultos mayores, delgadez (IMC≤ 23,0), normal (IMC > 23,0 y < 28,0), sobrepeso (IMC≥ 28 a < 32,0), obesidad (IMC≥32,00)15. Es necesario aclarar, que según norma técnica, en los adultos se considera obesidad I, II y III, pero en los adultos mayores, la clasificación incluye solamente obesidad, por ello, en el estudio, se consideró la obesidad en general.
La obesidad abdominal se obtuvo mediante el perímetro abdominal (PA) y se consideró en varones PA ≥ 102cm y mujeres PA ≥ 88cm)16. Es necesario precisar que el IMC evalúa el exceso de peso de la persona porque depende del peso y la estatura al cuadrado, pero no diferencia entre masa muscular y grasa; por tanto, podría sobreestimar o subestimar la obesidad sobre todo en atletas o en personas con menor masa corporal. Por otro lado, la obesidad abdominal identifica la grasa abdominal que está relacionada con el riesgo de padecer de enfermedades cardiovasculares.
Se determinó el perfil lipídico mediante el método colorimétrico en un laboratorio particular. Se extrajeron 5ml de sangre venosa pero previamente se le explicó al trabajador de la salud el procedimiento, la técnica y la importancia de que el trabajador estuviera en ayunas al menos durante ocho horas. Se consideraron colesterol total (CT) elevado > 200 mg/dl, LDL-C de riesgo > 100 mg/dl, HDL-C alterado < 40 mg/dl en varones, HDL-C alterado < 50 mg/dl en mujeres, y triglicéridos ≥ 150 mg/dl. Se le consideró dislipidemia a la presencia de al menos una dislipidemia16.
Se aplicó la prueba de Kolmogorov Smirnov para evaluar la normalidad de las variables cuantitativas. Ninguna variable tuvo distribución normal. Se calcularon medianas, percentil 25 y 75 para las variables cuantitativas y porcentajes para las variables cualitativas. Adicionalmente, se evalúo la diferencia de medianas mediante U Mann Whitney, diferencia de proporciones, chi cuadrado y razón de prevalencias. Se estableció como punto de corte para la significancia (p < 0,05).
Declaración sobre aspectos éticos
Se solicitó el consentimiento informado por escrito de cada trabajador teniendo en cuenta la Declaración de Helsinki. Al finalizar la evaluación se entregaron los resultados en forma personal a cada participante. El proyecto fue aprobado por el Comité de Investigación y Ética de la Red de Salud de San Juan de Lurigancho de Lima, Perú.
RESULTADOS
Se evalúo a 163 trabajadores de la salud, el 75,5% (123/163) de los trabajadores fueron de sexo femenino, la mediana de edad fue 49,0 años y fluctúo entre 22 y 67 años; la mediana de la talla fue 156 cm, peso 67,2 kg, perímetro abdominal 88 cm y el IMC fue 27,5 kg/m2.
Según el sexo, se observó que las medianas de triglicéridos (p=0,0034), colesterol total (p=0,052) y LDL-C (p=0,081) fueron mayores en los hombres que en las mujeres, mientras que el HDL fue mayor en las mujeres (p=0,038) (mayor información sobre el detalle de medianas se muestra en la Tabla 1).
La prevalencia global de dislipidemia fue de 87,7% (143/163) (IC 95%: 82,4; 93,1), la hipercolesterolemia fue de 30,1 % (IC 95%: 22,5; 37,4), la hipertrigliceridemia de 40,5% (IC 95%: 32,6; 48,3), el HDL bajo de 69,3 % (IC 95%: 61,9; 76,7) y el LDL elevado 55,2% (IC 95%: 42,3; 63,1), sin significancia estadística.
La prevalencia de hipertrigliceridemia aumentó conforme se incrementó la edad, a excepción de los adultos mayores (p=0,144). Situación similar se observó con la hipercolesterolemia (p=0,096), LDL-C elevado (p=0,015) y HDL-C bajo (p=0,954). También se observó que las mujeres presentaron la mayor prevalencia de hipertrigliceridemia (p=0,158), hipercolesterolemia (p=0,433), LDL-C elevado (p=0,152) y DHL-C bajo (p=0,281) que los varones. Esta información con mayor detalle se observa en la Tabla 2 y 3.
La prevalencia de sobrepeso fue de 41,1% (67/163) (IC 95%: 33,2; 45,9) y la obesidad de 25,8% (42/163) (IC 95%: 18,7; 32,8), evidenciándose que ambos aumentaron a medida que se incrementó la edad (p > 0,05) y fueron más prevalentes en las mujeres (p > 0,05) (mayor detalle en la información se observa en la tabla 4). Adicionalmente, se observó que el grupo etario de 30 a 39 años tuvieron 2,2 veces la probabilidad de tener sobrepeso comparado con los adultos mayores.
En la Tabla 5 se observa que la prevalencia de obesidad abdominal fue de 37,5 % (57/152) (IC 95%: 29,5; 45,5)
y aumenta conforme se incrementa la edad (p=0,189), siendo más frecuente en las mujeres (p=0,005).
DISCUSIÓN
Los resultados encontrados muestran que uno de cada tres trabajadores de salud presentaron dislipidemias por hipercolesterolemia, siendo menor que lo reportado por Briceño-Díaz y Ayudant9 que evaluaron al personal que labora en un hospital del Callao. Situación similar se observó en los trabajadores de salud colombianos17 y en adultos peruanos residentes en la zona altoandina de Perú18, ligeramente menor que lo resultados publicados por Orozco-González et al19 y similar a lo observado en adultos mexicanos20. Tres de cada siete trabajadores de salud padecieron de hipertrigliceridemia, siendo similar a lo reportado en los trabajadores colombianos17 y trabajadores de salud mexicanos19, pero menor que lo observado en el personal de salud que labora en el hospital del Callao9. Una de las posibles explicaciones sería la elevada ingesta de carbohidratos, grasas saturadas21 y la baja actividad física que se está incrementando en la población adulta22, situación de la que el personal de salud no estaría exenta.
En adición, se encontró que cinco de cada seis trabajadores de la salud presentaron algún tipo de dislipidemia. También se observó que dos de cada tres trabajadores de la salud presentaron HDL alterado, mayor que lo reportado en trabajadores de salud mexicanos19, siendo menor que lo reportado en adultos colombianos23 situación que es preocupante porque el incremento de los triglicéridos y el HDL alterado, aumenta el riesgo de morbimortalidad cardiovascular. Al respecto, en los últimos años se ha identificado un aumento mundial del consumo de comidas rápidas, alimentos altos en azúcares simples, harinas refinadas mezcladas con grasas vegetales saturadas, bajo consumo de frutas y verduras, y sedentarismo que, de cierta forma, podría explicar las elevadas prevalencias de las dislipidemias24. Merchant et al25 señaló que por cada cien gramos de carbohidrato se reduce 0,15 mmol/L de HDL25, y por cada uno por ciento de energía proveniente de grasas poliinsaturadas el HDL-C se reduce 0,023 mmol/L y aumenta los triglicéridos en 0,026 mmol/L25. De otro lado, algunos estudios muestran que los niveles altos de HDL tendrían un papel ateroprotector y antioxidante sobre el endotelio vascular porque propicia la peroxidación lipídica y favorece un ambiente vascular antitrombótico. Paralelamente, señala que el efecto del HDL sería menor que el LDL25, 26.
Llama la atención que las dislipidemias son más predominantes en las mujeres que en los varones. Los resultados fueron coherentes con lo reportado en adultos chinos excepto en colesterol total27, situación que podría ser explicada porque los trabajadores de la salud generalmente son adultos y la mitad de las mujeres tienen 40 años o más y, probablemente, la mayoría en la etapa de la menopausia, que se caracteriza por el incremento de riesgo de dislipidemias en la mujeres debido a la disminución de los estrógenos26. De otro lado, se evidenció que la obesidad abdominal (p=0,005) y el sobrepeso fueron más frecuentes en las mujeres que en los hombres (p=0,04). Un hallazgo del estudio fue que el sexo masculino disminuye en 60 % la probabilidad de obesidad abdominal comparada con las mujeres (RP=0,4; IC 95%: 0,2; 0,8). Los resultados mostraron cierta similitud con lo reportado en trabajadores de un hospital del Callao9 pero menor que lo observado en trabajadores de la salud mexicanos19. Entre las posibles explicaciones se podría mencionar: la baja actividad física, el desplazamiento de los trabajadores a través de vehículos motorizados, el incremento de ingesta de comida rápida que se caracteriza por ser hipercalórica24, mayor tiempo del trabajo en oficina, el incremento del uso de computadoras para la labor administrativa que realizan los trabajadores de la salud, entre otros.
Una de las limitaciones del estudio es que se tuvo una tasa de no respuesta de aproximadamente 10% por diversas razones: ausencia de personal, negativa, y trabajadores de la salud que habían ingerido alimentos, lo que ameritó la exclusión de la muestra. Por otro lado, es importante considerar que los trabajadores de la salud han sido poco evaluados y la mayoría de estudios evalúan a los trabajadores en un solo establecimiento de salud u hospital, sin embargo, el presente estudio muestra la situación de dislipidemias en trabajadores de la salud de una microrred de salud que incluye ocho establecimientos de salud.
En conclusión, la prevalencia de dislipidemia global fue alta, la dislipidemia más frecuente fue el HDL bajo, la hipertrigliceridemia y la hipercolesterolemia, y más de la mitad de los trabajadores de salud presentaron sobrepeso u obesidad, así como la tercera parte de los trabajadores de la salud presentaron obesidad abdominal. Se sugiere a las autoridades del Ministerio de Salud implementar intervenciones educativas que sensibilicen y promuevan el bajo consumo de grasa saturadas de origen animal, azúcares procesados, la actividad física y la ingesta de agua diaria en los trabajadores de la salud. Asimismo, fomentar el consumo de aceite de oliva, frutas y verduras que tienen un efecto antioxidante y que previenen la aterosclerosis y la enfermedad cardiovascular28.
DECLARACIÓN SOBRE CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran no tener conflictos de interés y que el trabajo fue financiado por los investigadores.
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Para citar este artículo: Gómez-Avellaneda G, Tarqui-Mamani C. Prevalencia de sobrepeso, obesidad y dislipidemia en trabajadores de salud del nivel primario. Duazary. 2017 julio; 14 (2): 141 - 148. Doi: http://dx.doi.org/10.21676/2389783X.1972
Recibido en octubre 11 de 2016
Aceptado en febrero 16 de 2017
Publicado en línea en mayo 15 de 2017